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  • Foto del escritorPablo Galván

Un nuevo comienzo

Vivimos con inercia y despreocupación. Hicimos planes y pusimos nuestras esperanzas en ellos. Invertimos en proyectos y empezamos a construirlos. Y, de repente, todo se detuvo. La pandemia nos hizo pausar nuestras vidas en maneras que jamás imaginamos y nos hizo replantear todo aquello a lo que apostábamos.


Se tratase de tu empresa, relación o incluso tu boda, la pandemia nos arrebató el tiempo que teníamos destinado a hacer de éstos nuestros planes a corto plazo. Algunos sufrimos pérdidas muy cercanas, otros tuvimos que posponer sueños a realizar y muchos tantos más, reconsiderar lo que creíamos urgente y vital.


Sin embargo, amén de los muchos sacrificios que tuvimos que hacer, los pesares que soportamos y las ilusiones que pusimos en espera, el momento de reactivarnos ha llegado y es preciso tomar las riendas, una vez más, de lo que queremos para nosotros mismos a partir de este momento.


Si pudiste aprovechar estos meses congelados para replantear el panorama de tu boda, y tuviste la suficiente paciencia para entender que, eventualmente, todo volvería a empezar, no desaproveches la valiosa oportunidad de reflexionar en todos los retos que afrontaste y las invaluables enseñanzas que de ellos salieron.


Agradece que, sin importar que fuese una boda grande o pequeña, el amor por tu pareja sigue latente. Agradece que, así como algunos no pudieron seguir entre nosotros y unos tantos han hecho esfuerzos extraordinarios para permanecer, tus invitados seguirán contigo en tu día especial y tomarán las medidas necesarias para hacer de tu celebración una velada segura. Agradece que, por muy incierto que resultase el panorama financiero para muchos proveedores, existen aquellos que siguen contigo y te quieren ver feliz en el día de tu boda.


Reflexiona. Ve más allá de tu esfera personal y considera que para todos han sido tiempos realmente difíciles. Verás que con un poco de empatía y la suficiente bondad, tus planes y los de todos seguirán su curso cuando menos lo esperes. Pero sepas que no porque para ti los tuyos fuesen los más importantes, los demás no importasen. Al contrario, sé considerad@. Sé human@. Nunca sabrás quién es el más agradecido por el mínimo acto de bondad o paciencia que tengas para con ellos en medio de lo que ha sido una verdadera tormenta de incertidumbre. Nunca lo sabrás hasta que, de pronto, te veas en esa misma situación. Empecemos de nuevo, pero, sobre todo, empecemos bien.

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